Yo creo que esto es un asunto de autenticidad, de recuperar lo que tiene de auténtico la vida. De volver a conectarse con lo fundamental. Nos convencen de que no tenemos tiempo, ese ha sido el triunfo de la comida industrial, convencernos de que no teníamos tiempo para cocinar. Convencernos de dedicar más y más tiempo al trabajo, para tener una casa, un coche más grande, una tele de plasma que no necesitamos.... ¿hay alguien más por aquí que no vea la tele? seguro que sí
En mi caso tengo que reconocer que es una manera de recuperar mi soberanía alimentaria. Se habla mucho de este concepto refiriéndose a países, pero yo lo reivindico de manera personal. No quiero comer lo que la industria ha decidido que coma, y así empecé a hacer pan, y planté una huerta, primero pequeña, luego más grande, la huerta llevó a las conservas, y el pan ahora me lleva al trigo. Ese es mi próximo proyecto, este año plantaremos trigo, lo cosecharemos el próximo verano, lo llevaremos a un molino de piedra, y haremos nuestra propia harina. El pan desde cero.
Y también hago mis mermeladas, mis chutneys, la salsa de tomate, la pasta fresca, el helado.... Las galletas, los bizcochos, los licores (Emilio, mi limoncello sí que es el mejor del mundo...). Tengo en la nevera masa madre de trigo, y de centeno. Y cuando viajo siempre me traigo varios kilos de harina del lugar al que haya ido, y voy visitando molinos, o granjas.
Y sí, me encanta el cine (¿que me decís de Dersu Uzala?) y la montaña. Y la bande dessinée.
Y me alegra mucho saber que este foro está lleno de gente "rara", aunque en realidad somos los más normales.