Pues el origen de la historia, si me permites, lo comenta también R.Guinet en su último libro, y en primera persona, ya que por aquella época trabajaba en los "Grand Moulins de Paris", donde se ocupó de analizar muestras de harinas y otros ensayos para intentar desvelar el misterio del asunto del "pan maldito".
Por completar un poco más el artículo, resulta que en agosto de 1951, varios habitantes de Pont-Saint-Esprit se quejaban de los mismo síntomas dolorosos: dolor de cabeza, nauseas, convulsiones, alucinaciones, etc. Hubo siete muertos y 50 personas internadas en el hospital psiquiátrico y otras doscientas presentando trastornos diversos.
Tras las primeras investigaciones se descubre que todas las personas han comprado el pan en el misma panadería. Así que al pánico le sigue el rumor, la fantasía, que da lugar a hipótesis de lo más variadas.
Por un lado, el cuerpo médico sostiene que se trata de cornezuelo (Claviceps purpurea), enfermedad producida por hongos parásitos, de un color casi negro, muy fácil de indentificar, cuyo conocimiento se remonta muy atrás en la historia.Pero parece que esta hipótesis se basó en unos análisis hechos en un laboratorio en Marsella no especializado en toxicología.
Mas tarde, la justicia encarga un estudio a expertos, entre los que se encontraba M. Buré, designado por la Asociación Nacional de la Molinería Francesa, y encargado de verificar en el plano práctico las condiciones en que pudo llegar el cornezuelo al molino (si es que fue así) y en tal cantidad para poder envenenar así a tanta gente. Se constata que no hay pruebas de que, admitiendo la hipótesis del cornezuelo, la responsabilidad de ello sea del molinero y el panadero arrestados.
Aquí, R. Guinet, que trabajaba al cargo de M. Buré, hace unos ensayos de panificación mezclando en proporciones que estimaba compatibles a los que pudieran eventualmente incorporarse en el molino, de harina y polvo de cornezuelo.
Los resultados, a simple vista, incluso con las mezclas más bajas, muestran que la miga es suficientemente gris como para no darse cuenta. Aunque puede que tras el "pan negro" de la postguerra, el consumidor no se sorprendiese.
En porcentajes alto, la masa se trabaja mal y da un pan de pésima calidad, aunque su toxicidad no está totalmente probada.
De hecho, una casualidad hace que se descarte el asunto del cornezuelo:
Terminadas las pruebas, los panes se colocan sobre un mostrador, identificados con un número, para hacer un examen, hasta el dia siguiente, después de probar él mismo algunas. Al dia siguiente, al entrar, se da cuenta que falta un pan de una de las series. Como nadie tiene llave más que los conserjes, la sospecha recae sobre ellos. Pero al bajar rápidamente a la conserjería, y esperando encontrarse a una pareja de "alucinados" con convulsiones demoniacas, se los encuentra tan pichis.
M. Buré, duda de la hipótesis del cornezuelo y propone otra interpretación dentro de la cadena trigo-harina-pan: el trigo se contamina por un agente fungicida que contiene metilmercurio, presente en los sacos de transporte.
Nueva polémica en la prensa, en septiembre de 1951, a cuenta del control necesario de los poderes públicos de estos intercambios.
En 1966, M. Buré parece que confirma la hipótesis de la contaminación tóxica.
R. Guinet se quedó también en esta hipótesis, que parece que también confirman estudios recientes sobre micotoxinas (que producen ciertos mohos que pueden estar presentes en los silos), y que muestran efectos tóxicos comparables a los de Pont-Saint-Esprit. Aunque para él sigue siendo un misterio y recomienda al respecto un libro de Steven L. Kaplan: "Le Pain maudit", que pone en contexto el acontecimiento en el periodo de post-guerra.
En fin, como introducción. A ver si aparece el documental