Básicamente en un horno convencional lo que se consigue con una piedra de gran inercia térmica (por ejemplo los ladrillos que usa iban), es que la temperatura del horno sea muy estable a aberturas de la puerta, fugas de calor, etc.... es muy útil si quieres pulverizar muy a menudo. Al no usar la piedra, las propias fugas de calor del horno, y si además abres la puerta con frecuencia, provocarás que la temperatura del termistor oscile y se vaya encendiendo y apagando el horno. Esto no es lo que queremos los primeros minutos de cocción.
La opción de la piedra fina , tipo pizza, es una opción intermedia, ya que mantienes una temperatura elevada en la base del pan, pero no evitas las oscilaciones de calor que llega al termistor, así que el horno sigue apagando y encendiéndose oscilando entre valores más o menos amplios de la temperatura programada. (y no tarda tanto en calentar)
Lo mejor es que analices tu horno, pon un termómetro dentro y observa qué hace con las operaciones que vas haciendo, si no tiene muchas fugas de calor y el termistor es bastante sensible, él mismo es capaz de mantener una temperatura constante. No conseguirás grandes cambios con la piedra. Si por el contrario el termistor es poco sensible y además tiene muchas fugas de calor, cada vez que abras la puerta del horno es un drama.
El principal problema que le veo yo a la piedra es el abuso de consumo eléctrico, las piedras refractarias están pensada para mantener el calor de un día para otro en el horno del panadero, para casa es un lujo muchas veces innecesario. Dicho esto, yo tengo piedras de todos tipos y las uso. Porque me gusta la parafernalia....