DavidS, dice que no conoce los detalles; ¡Yo tampoco, ni los detalles ni nada!
La cosa es que se han hecho reglamentos muy genéricos, metiendo en el mismo saco, por ejemplo, pescados, frutas, carnes. panes... .
En los productos crudos (
carnes, pescados...) o de consumo en crudo (
frutas, verduras...) que pueden ser, fácil y rapidamente contaminados, tiene muchísima lógica e importancia, reglamentar
estrictamente las normativas.
Con el pan por supuestísimo que también se debe tener una
máxima y rigurosa escrupulosidad, ¡faltaría más!
En estas normativas se hace especial hincapié, en que los objetos usados para la manipulación, no deben en ningún caso, absorber gustos, olores ni colores, que se puedan después transferir a los alimentos. Ahí, estamos todos muy, muy de acuerdo.
Pero concretamente para el pan y en el tema "maderas", siendo como está demostrado, el beneficio que le aportan éstas al pan, no entiendo a que ha venido su prohibición.
Quizás deberían, mejor, dirigir los ojos a los aditivos, conservantes, mejorantes y demás zarandajas que, sí producen cambios en el sabor, color.... y, aunque arguyan la teoría de que lo mejoran, está comprobado que han desarollado una enorme cantidad de alergias desconocidas hasta hace unas pocas décadas.
¿Qué pasa?, ¿que son mejores los aditivos extraños, que las maderas impregnadas de ácidos orgánicos de la fermentación panaria ? Estas, de sobras demostrado está, sólo (
ahí es ná) aportan beneficios al pan. ¿O no?